“Palabras” de Elsa Croos

Por Víctor Alvarado

Cuando se tiene que hablar o expresar sobre algún tema, lo más común es saber un poco de lo que se trata. Iniciar una indagación previa sería ideal, pero por lo general, para poder argumentar sobre cualquier asunto echamos mano de una parca acumulación de conocimientos y una muy limitada percepción de las cosas, a veces se consigue y otras no.

Quizá por eso el ser humano, para estar en posibilidad de discurrir, ha tenido por costumbre originaria la de nombrar a todas las cosas que conforman su realidad, y pese a la complejidad que esto representa, poder descifrar, describir, acaso comprender y muy difícilmente explicar la ingente multiplicidad de fenómenos de la naturaleza y de la humanidad. Es decir, que se ha dedicado a otorgar a cada uno de estos fenómenos y cosas su propia significación.

Y entre esta operación, que se magnifica cuando se pretende hacer lo propio con los pensamientos, los deseos y las emociones, y la persistente intención de transmitir o externar lo que somos o lo que sentimos con simples palabras, la poesía entra en acción y encuentra su mayor razón de ser.

Para quien la lee, el gozo, la medicina, el horizonte abierto, la enorme posibilidad de percibir, imaginar y crecer. Para quien la escribe, el desahogo, la sanación, la fascinación absoluta, el deleite y la trascendencia. Jorge Luis Borges comentaba que la poesía es en realidad una pasión y un placer, y aseguraba que la vida estaba hecha de poesía. (16)

Creo que todo esto y más lo sabe muy bien la poeta Elsa Cross (Ciudad de México 1946). Doctora en Filosofía por la UNAM, profesora titular de Filosofía de la Religión en dicha institución, es autora de decenas de obras; cuarentaicinco libros de poesía; cuatro de ensayo; doce de traducciones; dos más para niños, uno de cuento y otro de poesía, entre muchos otros compendios y antologías donde se incluye parte de su obra.

Foto: https://www.excelsior.com.mx/expresiones/elsa-cross-supera-la-dualidad/1305025

Como se ha comentado, a veces se puede muy bien saber lo que se siente o lo que se piensa, pero no tan sencillamente resulta poderlo externar. Las palabras pueden llegar a acumularse, confundir y extraviar al emisor, cuanto más al receptor.

Por eso, cuando de poesía se trata, resulta preciso, como lo hace y domina nuestra poeta, no sólo primero clarificar la emoción o el pensamiento propios, sino saber, además, cómo acomodarlos, clasificarlos, seleccionarlos y luego trasladarlos delicada y sublimemente, desde una vaga y difusa noción, hasta la inteligible cristalización de una sintética composición poética; exacta, certera y puntual. Veamos el ejemplo de Elsa Cross:

Palabras

Morada oscura del sentido,

prisión y límite

de lo que en el silencio se nos da.

Ah, palabras, que puedan todavía

Hilvanar

tu imagen por ellas dispersadas.

Palabras. Palabras aleatorias y dispersas que aisladas apenas pueden significar: “Morada”; exactamente como el lugar en que se habita. “Prisión”; lugar donde se encierra a los presos.

Palabras. Palabras con las que aún se puede “Hilvanar”, para en conjunto poder entonces resignificar: Morada oscura del sentido, / prisión y límite / de lo que en el silencio se nos da. ¿Son esas palabras acaso las que habitan aquel lugar callado y apagado, el juicio, donde se concibe el sentimiento? ¿Son estas mismas u otras palabras con las que aún te puedes construir, devastar, componer, desbaratar, para intentar finalmente volverte a armar? Sí lo son.

Para alcanzar a refinar cualquier concepción exponencial, para conjuntar, aglomerar discernir y todavía sintetizar, la poeta debió vivir mucho, estudiar y experimentar. Elsa Cross es una mujer excepcional; poeta extraordinaria, cuya obra “tiene la virtud del arte mayor: abre el espacio y lo puebla de imágenes que son, si las vemos de cerca, si las sopesamos, etapas de un prodigioso descubrimiento espiritual.” (Peña 10) Observemos la otra parte de su poema, intitulado “Palabras”:

Palabras

[…]

En vano sus fuerzas reconcilian,

pues no salvan el salto que va del habla al pensamiento

y del pensar al ser ensimismado.

Vienen solas y dicen de la ‘cámara blanca’.

¿Qué locuciones ofrenda la poeta? ¿Qué género de especulación magnánima? ¿Qué difusa locura extraterrena? ¿Qué insondable abstracción psíquica? ¿Qué mensaje con su verso, de su interior, quiere salir?

No importa si es exánime o vehemente la palabra, pues de la cíclica incertidumbre entre el decir y el pensar nadie se puede salvar. Entonces, desbalagadas palabras de nuevo llegarán para desde adentro otra vez empezar a significar.

Elsa Cross ha sido en múltiples ocasiones premiada y galardonada, entre los más destacados reconocimientos obtenidos se encuentra los Premios Nacional de Poesía Aguascalientes de 1989; el Interamericano de Poesía Jaime Sabines de 1992; el de Poesía Jaime Sabines/Gatien Lapointe de 2007; el Xavier Villaurrutia del mismo año; el Premio Universidad Nacional del 2009; el Premio Roger Caillois de 2010; la Medalla Bellas Artes 2012; el Premio Poestate de 2015; el Premio Nacional de Artes y Literatura, máxima distinción literaria otorgada en México, de 2019; y el Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde del mismo año.

Ilustrada, erudita, experta y sabia. Pienso que su larga preparación y experiencia como mujer creadora entregada a la vida académica, literaria e intelectual se ve claramente reflejada en su trabajo poético; el problema que representa el solo hecho de intentar entender un pensamiento o asimilar una emoción para luego contenerla, trabajarla, procesarla y entregarla como una preciosa cápsula poética, requiere además del genio, de creatividad, paciencia y muchísima dedicación.

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Nota: Hay mucho que explorar en la extensa obra de Elsa Cross, he comenzado a leer con enorme entusiasmo y sorpresa su libro Acuario. Artículos y ensayos sobre creación poética, el cual recomiendo ampliamente, y pude conseguir en versión electrónica a través de la tienda de Apple Books.

Para aquellos que deseen acercarse a la obra poética de la autora, actualmente existe un bonito libro publicado por la UNAM, con selección y nota introductoria de David Huerta, que puede descargarse gratis en versión PDF dando clic en la siguiente imagen.